jueves, 12 de julio de 2012
Muchos de nosotros siendo niños, teníamos una variedad de modelos por seguir, quizás desde una tira cómica hasta un familiar, pues estábamos convencidos de que aquel ser era lo máximo. Los chicos de hoy crecen más rápido que antes, incluso ellos han evolucionado sus modelos por seguir –pues los superhéroes quedaron en el baúl–, ahora tienen como modelos a peleadores y más. Converse con su hijo y averígüelo.
El marco jurídico y la impunidad son males que avanzan en la sociedad, y uno de los puntos clave para iniciar el proceso de cambio, en cuanto a materia de seguridad.
El joven, envuelto en un ambiente de violencia y que vive en un estado completo de impunidad, sin necesidad de estar en un barrio marginal vuelve como ejemplo de vida fácil a aquel malviviente o hampón que pulula sin castigo, sin ley, que delinque, roba, mata, viola sin que nadie lo detenga, y hasta es temido en el sector; llegando incluso a ser un “gobernante” de barrio, a caminar sin problemas por la calle, como “rey”.
Ahora, no podemos reclamarle al niño o adolescente si las personas –que los adultos escogimos– fueron genios y administradores de escritorio que cambiaron el marco jurídico para peor, creando impunidad e ilegalidad como nunca antes; rompiendo la esencia y célula de la sociedad, creando cultura de crimen, y permitiendo que estos antagonistas de la sociedad se transformen en “modelos” de vida fácil y malos ejemplos para nuestros jóvenes.
De lo mal que estábamos en cuanto a la formación de principios en los jóvenes, hoy le agregamos la impunidad. Portarse mal no es castigado ni reprendido, eso es lo que interpreta un niño, un adolescente. Cuánta torpeza al querer cambiar la sociedad ecuatoriana y la cultura de un pueblo conservador en su mayor parte, por antojadizas recetas copiadas de internet, solapadoras, y alcahuetas de delincuentes, sin generar cambios de fondo en los sistemas de rehabilitación social, mostrando incompetencia al generar dichas leyes, desconocimiento de la realidad de mi pueblo. Solo desearía que existiere un castigo para esos que se “equivocan” dictando normas.
Ing. Luis Alfredo Cuasapaz Aguirre,
El marco jurídico y la impunidad son males que avanzan en la sociedad, y uno de los puntos clave para iniciar el proceso de cambio, en cuanto a materia de seguridad.
El joven, envuelto en un ambiente de violencia y que vive en un estado completo de impunidad, sin necesidad de estar en un barrio marginal vuelve como ejemplo de vida fácil a aquel malviviente o hampón que pulula sin castigo, sin ley, que delinque, roba, mata, viola sin que nadie lo detenga, y hasta es temido en el sector; llegando incluso a ser un “gobernante” de barrio, a caminar sin problemas por la calle, como “rey”.
Ahora, no podemos reclamarle al niño o adolescente si las personas –que los adultos escogimos– fueron genios y administradores de escritorio que cambiaron el marco jurídico para peor, creando impunidad e ilegalidad como nunca antes; rompiendo la esencia y célula de la sociedad, creando cultura de crimen, y permitiendo que estos antagonistas de la sociedad se transformen en “modelos” de vida fácil y malos ejemplos para nuestros jóvenes.
De lo mal que estábamos en cuanto a la formación de principios en los jóvenes, hoy le agregamos la impunidad. Portarse mal no es castigado ni reprendido, eso es lo que interpreta un niño, un adolescente. Cuánta torpeza al querer cambiar la sociedad ecuatoriana y la cultura de un pueblo conservador en su mayor parte, por antojadizas recetas copiadas de internet, solapadoras, y alcahuetas de delincuentes, sin generar cambios de fondo en los sistemas de rehabilitación social, mostrando incompetencia al generar dichas leyes, desconocimiento de la realidad de mi pueblo. Solo desearía que existiere un castigo para esos que se “equivocan” dictando normas.
Ing. Luis Alfredo Cuasapaz Aguirre,
Corsel Blanco
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