viernes, 4 de abril de 2014

A mis hermanos SCOUTS

miércoles, 2 de enero de 2013


La histeria generada a partir de una posibilidad sobre la premonición del hombre y del fin de su era en algunas personas fue impactante, muchos preguntaron si hoy el mundo tal como lo conocemos dejaba de existir, la razón impedía que esta interpretación del calendario Maya sea correcta, sin embargo, muchos no dejamos de imaginar por breves segundos sobre la certeza de esa posibilidad, ustedes, mis hermanos también fueron parte del comentario, entre risas y bromas también se asumió esa posibilidad, la posibilidad del fin del mundo.

Hace horas sostuve una entrevista para una radio modesta de Guayaquil,  y fuera de micrófonos me interrogaban esa posibilidad, mi expresión fue la siguiente, “no creo en la interpretación del calendario maya, peros si deseo que el mundo termine”,  y es verdad mis amigos, hasta esos momentos deseaba que el mundo cortara su existencia, después de una historia trágica, luego de ver a una sociedad sumida en la violencia y la inmoralidad, después de notar como el alcoholismo es parte de todo medio, sin excepciones, luego de vivir en calles llenas de sangre y homicidio, al ver en nuestro país y planeta las masacres y ejecuciones publicas son el pan de cada día, y los noticieros se transformaron en crónica roja pues es todo lo que al parecer ocurre en nuestra vida diaria, ¿como desear continuar en un mundo donde la injusticia esta presente?, ¿como desear que las sociedades continúen? si el pensamiento y sentido común fueron reemplazados por la inmoralidad y el hurto, ¿cómo desear continuar? si al parecer, el hombre, fruto de sus actos no se ha ganado el derecho de seguir viviendo.

Pero horas después, todo mi  pensamiento cambió, toda esa energía que me arrastraba a un foso de desolación desapareció, un ser, un ínfimo ser a decir de muchos me mostró de la forma más sencilla que mis deseos sin bien justificados eran equivocados, un niño con un herida en la pierna, no tan grave pero de cuidado, sentado en un carro y esperando una ambulancia me miró,  a pesar de su dolor y apariencia poco agradable, no soltaba su mirada de mis ojos, me dijo que le teme a las inyecciones y los cortes, me dijo que se sentía mal, me dijo con notable ansiedad y temor, con nervios y pánico, que su pierna mejoraría, y mientras sufría por su futuro y destino sus ojos no dejaban de brillar, su grandes ojos negros se incrustaban en mi corazón y el brillo de ellos me dejo ver un destello de esperanza, ese brillo simplemente me dijo algo, me dijo que a pesar de la horrible situación de vivir en desventaja ante los antivalores, y por más heridas que encontremos nuestra alma, por muy difícil que vea el camino, esos niños son el objeto de nuestra lucha, ver esperanza en ojos de un infante me permitió visualizar que personas como nosotros, los Scouts del Guayas, tenemos una labor sagrada, la de mantener ese brillo en una mirada, esa alegría en un ser, quizás seamos pocos, pero no existe peor legión que la que no existe o desaparece, a todos ustedes, mis amigos y hermanos, busquen ese brillo en los ojos de sus chicos, busquen ese brillo en la esperanza de quienes sirven, quizás algún día recuperemos ese brillo para nuestras almas también, y si aún la tienen los felicito, consérvenla, al fin y al cabo, si el mundo terminará hoy, sabremos que dimos lo mejor de nosotros y que fuimos ejemplo de ojitos brillantes y con fe en un futuro mejor.


“Es el mejor regalo que podemos recibir en navidad, la esperanza”
Gracias Luis Enrique


Ing. Luis Cuasapaz Aguirre
SCOUTS DEL GUAYAS
PRESIDENTE

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