viernes, 4 de abril de 2014
DONDE QUEDÓ BADEN POWELL?
Hace poco percibí el olor a hierba humedecida con el rocío de la mañana, mezclado por los colores lila y gris entre inimaginables tonos que se disputan supremacía en el cielo de mi país, entre tantos matices, una ráfaga centellante amarilla inicia su iluminación desde el oeste, la aurora brillante, acompañado de un frio enternecedor que recorre las manos y pies desnudos, mientras el viento se encarga de remover el ahogo del sentimiento con el agitar de las ramas más elevadas de los frondosos árboles, como despidiendo la noche, diciéndole adiós a la penumbra, a las estrellas y la luna.
Todo eso es acompañado con el inconfundible olor a leña quemada, el aroma del café y la sonrisa de la mañana de los compañeros, que uno a uno asoman sus melenas descuidadas por las innumerables carpas.
Que sensación sobrecogedora, estoy seguro que millones de personas imaginan poder ver este paisaje en vivo, por eso compran cuadros con los colores que un mágico artista plasma a manera de inspiración, por eso desean esa paz en sus hogares y los trasmiten a sus visitas como anhelo y expresión de belleza, esas postales vívidas, esos colores indescriptibles sólo serían disfrutados por quien hizo una vida en el escultismo, por eso agradezco a Baden Powell darme la oportunidad de ser parte de ellas.
Lastimosamente esas experiencias interminables, esas actividades educativas y formadoras, desean transformarlas en salidas turísticas y recreativas, marginando la posibilidad que un niño aprenda realmente de la naturaleza, que admire su belleza en una colina, y que forme sus principios, Dios, Patria y hogar, al calor de una hoguera, en el saludo de la mañana a la bandera o de una astucia de campamento, que valore su capacidad de ayudar a su gente iniciando sus primeros pasos como chef de una parrilla, logrando autonomía de acción bajo un marco de orden y disciplina, todo esto antes mencionado lo degradan a una actividad anexa al movimiento, desean que un chico afiance virtudes de lealtad, abnegación y pureza en un patio de cemento mientras juega a “moler café”, en un paseo sin brújulas y en una piscina matadora de la tarde, mientras que los jefes “gordos”, como dice nuestra canción, bailan al son del interés del pago de un campamento.
Dónde dejaron a Baden Powell, el interés en la naturaleza, y la disciplina encarnada en un limpio uniforme?, enfocan al método educativo como un pasatiempo y no como un modelo de vida, no a lo Indiana Jones, pero sí a lo Doctor Jones , se pretende mirar al método como una salida comercial de turismo, paseos costosos, turismo de aventura y entretenimiento de tarima, las habilidades en cabuyería, astucias al cocinar, las lúdicas construcciones, el pionerismo y la orientación con y sin instrumentos pasaron a un último plano.
Que delicioso es poder disfrutar de los paisajes, un campamento y buena fogata, por suerte soy Scout del Guayas y puedo decir que todavía tengo ese privilegio, es una lástima por aquellos que siendo gratis no lo saben y no pueden utilizarlo.
Corcel Blanco
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario