viernes, 4 de abril de 2014

Consumo de drogas





La legalización del consumo de drogas es un arma de doble filo que tarde o temprano terminará cortando la mano de quien cree aplicarla.
Los números no mienten, el consumo de alcohol y tabaco es elevado en los jóvenes ecuatorianos, según reportes del Consep, seguidos por la marihuana y drogas conocidas como más fuertes porque son parte de una cadena que lleva al individuo al colapso. Pensar que legalizar las drogas es una salida válida para disminuir el consumo, es absurdo, pues el alcohol y el tabaco son legales y los de mayor consumo en los jóvenes. Por simple lógica tendremos consumo elevado y libre en los jóvenes, simplemente seremos observadores de la debacle juvenil hipotecando el futuro no solo de ellos, también el de nuestro país; llenando de tóxicos nuestras calles y asumiéndolos como legales.
Los programas de rescate son rehabilitaciones, no son planes disuasivos.
Hasta el momento, solo se ha pensado en el ser contaminado y no en el desprotegido. Protegemos al ser que cae en las garras malignas de las drogas, pero no cuidamos al infante que camina al borde de las fauces de este terrible mal.
Millones de jóvenes están expuestos. Podemos establecer culpabilidades en el consumo, hogares disfuncionales, migrantes, chicos abandonados, ¿pero qué hay de quiénes a pesar de todo eso se han mantenido al margen de estos vicios? Se debe proteger a los jóvenes libres de drogas, castigando a quien provea o intente proveerles de sustancias adictivas.
Luis Alfredo Cuasapaz Aguirre, ingeniero mecánico, Guayaquil

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